Aprendiendo

Un día, entre sesiones de quimioterapia, empecé a trazar rayas sin sentido y semanas más tarde me encontraba con la necesidad de dibujar.

Mi cuerpo estaba bajo mínimos pero mi mente no paraba de trabajar y era agotador. Sin embargo, cuando dibujaba o pintaba podía desconectar y entrar en un espacio de silencio y recogimiento. Algo así como un rincón de luz. Mi lugar de luz.

Siempre me consideré negada para temas artísticos. Quizás porque alguien me lo dijo de chica y yo seguí repitiéndomelo de mayor. A estas alturas de mi vida he dejado de ser tan crítica y he pasado a permitirme algunas licencias.

Y así surge este blog. Sin grandes pretensiones y con la idea de compartir dibujos, fotos, palabras, sueños.... Supongo que es como tirar una botella con mensaje al mar. No sabes si alguien lo recibirá, si le agradará o si será entendido. Si llegó hasta ti espero que te guste. ¡Bienvenido a mi lugar de luz!

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miércoles, 19 de octubre de 2022

19/10/22



El 19 de octubre de cada año se conmemora el Día Internacional del Cáncer de mama y por este motivo comparto hoy este dibujo recién salido del horno 😉. Para mí es muy representativo, ya que simboliza el amor, la amistad y la aceptación. Sin duda, grandes pilares para apoyarse en momentos de incertidumbre y desasosiego. 
Cuando estaba enferma mucha gente me hablaba de lucha pero nunca fui partidaria de esta forma de enfocar el cáncer. Los verdaderos cambios se produjeron cuando acepté el diagnóstico, que no fue fácil, porque al no sentirme mal físicamente, ¡ilusa de mí!, me negaba a creer que era cierto. Como siempre digo, pasar por los tratamientos y sentir la fragilidad que te envuelve, es muy duro, pero tengo que reconocer que mi experiencia no fue del todo negativa. El proceso de curación fue lento y me permitió volver a recuperar la intuición y la espiritualidad que se habían ido perdiendo en el camino a la adultez. Y como he reconocido en otras publicaciones, pese a todo, no puedo dejar de agradecer.

La vuelta a la vida ajetreada no fue sencilla. Durante los tratamientos la vida se ralentiza y cuesta regresar a la velocidad propia de nuestros días. Sentí mucho cansancio durante meses y me atrevería a decir que incluso años. En muchos casos no se puede regresar a la actividad anterior, pero en los que sí, creo que es una manera de "normalizar". La palabra está entre comillas porque en mi caso nada volvió a ser lo mismo. Después de una experiencia tan impactante cambié totalmente el foco y mi sistema de prioridades se recolocó.

Mi consejo es que vivas de a poquito 😉, día a día, con paso lento pero seguro. Rodéate de buena gente, que te aporte alegría, seguridad y amor. Háblate en positivo y escucha tu diálogo interior. Agradece, porque siempre hay motivos para hacerlo y apóyate en los que quieren estar a tu lado, dales la oportunidad de ser mejores personas.

Si estás pasando por la enfermedad te envío mucha energía y deseo que te recuperes pronto. Si estás acompañando a alguien en su proceso de curación ten paciencia y dale mucho amor, también he estado ahí y sé que no es fácil. Si te estás incorporando después de los tratamientos, persevera, es normal sentir cansancio y confusión al principio, pero habrá valido la pena.

Con el deseo de que pronto exista una cura para esta enfermedad, me despido con un párrafo de Iain S. Thomas:


Sé suave. No dejes que el mundo te endurezca.
No dejes que el dolor te haga odiar.
No dejes que la amargura te robe la dulzura.
Enorgullécete de que, aunque el resto del mundo no esté de acuerdo,
sigues creyendo que es un lugar hermoso.


 

 

jueves, 18 de octubre de 2018

19/10/18






Con motivo del Día Mundial del Cáncer de Mama comparto este dibujo que acompaño con unos pocos consejos basados en mi propia experiencia personal, esperando que puedan ayudarte.

Bajo mi punto de vista, ante un diagnóstico de cáncer y una vez superado "el periodo de duelo", que es necesario, hay sólo dos opciones posibles; aceptar y abrirte al cambio o por el contrario, rendirte.

En el camino hacia la curación una de las palabras clave es: RESILIENCIA. No sé si oí hablar de ella antes de mi enfermedad pero el caso es que un día, cuando estaba sumida en una espiral de desánimo, apareció como una especie de revelación. Me aportó una visión completamente diferente de las cosas y fue entonces cuando empecé a atisbar una luz de esperanza. Me costó entender el concepto pero cuando lo hice cambió mi vida.
Si estás pasando por esta enfermedad o por cualquier momento difícil te animo a leer sobre este tema. Hay mucha bibliografía interesante sobre este asunto que podrás encontrar tanto en librerías como en internet.

Otra recomendación es que vigiles tus pensamientos. Aún cuando creas que no estás pensando, tu voz interior sigue hablándote. Procura que siempre sea en positivo y que te aporte bienestar. Si te descubres pensando en negativo simplemente cambia el pensamiento, una y otra vez. Al principio cuesta pero verás que con el tiempo se irán disipando.  

Pon el foco en tu interior. El tenerlo en el exterior te ofrece contrapartidas pero el precio que tienes que pagar es demasiado alto, el de ser un mero espectador de tu vida. Asume tu responsabilidad, no te consideres una víctima  y conviértete en protagonista de tu historia.

Rodéate de gente positiva, que te aporte valor y te empuje a crecer y sepárate de quien te reste. No permitas que nadie corte tus alas, sé como quieras ser. Si perdiste el norte, piensa en cómo eras cuando niño; los sueños que querías cumplir y las ilusiones que fuiste dejando por el camino. Quizás no ibas muy desencaminado y sea tiempo de recuperarlos ;) Tú decides.

Y como último consejo, porque no quiero extenderme, el más importante: ÁMATE. Como dijo Frida Kahlo "ámate lo suficiente para que no te queden dudas de que mereces lo mejor".

Mucha fuerza. Bendiciones




viernes, 17 de octubre de 2014

Prohibido tirar la toalla

-Dibujo a lápiz-


Eres luz, amor, vida....
Cuando desesperes recuerda que aún te quedan muchos sueños por cumplir

¡Prohíbete tirar la toalla!

Dibujo dedicado a los enfermos en conmemoración del Día contra el cáncer de mama. Ánimo y fuerza para todos.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Diagnóstico: cáncer

 Diagnóstico: cáncer

Ahora que todos duermen y reina el silencio más absoluto, surgen en mi mente recuerdos que parecen muy lejanos aunque sé que en realidad no lo son tanto, y se me remueve algo por dentro.

En estos días que empiezan a llegar invitaciones y noticias sobre los actos que se celebrarán con motivo del cáncer de mama no puedo evitar echar la vista atrás y recordar mi propia experiencia.


Fueron dos años muy duros llenos de miedos y de incertidumbre en los que descubrí que nada de lo conocido me podía servir. Me encontraba en un escenario diferente en el que no sabía cómo desenvolverme y  notaba con desesperación que nadie podía darme las claves para salir adelante.
Fue durante ese período de tiempo cuando empecé a escuchar palabras como resiliencia, fuente, afirmaciones, meditación, ...
Aprendí muchísimas cosas que por supuesto hubiera preferido conocer de otra manera, pero no tuve elección.
A lo largo de estos años he pasado por varias fases bastante diferenciadas y que recuerdo como  negación, duda, ansiedad, aceptación, esperanza y movimiento.

En la fase de negación pensaba obstinada que no me podía estar pasando eso. Era imposible porque me cuidaba, hacía ejercicio, no fumaba, no bebía....
Además,  no era el momento (como si hubiera alguno), porque mis niños era pequeños y  mi madre afectada de alzheimer vivía conmigo. No tenía tiempo para enfrentarme a un cáncer.
Otro factor era que no me sentía mal por lo que no podía estar gravemente enferma. El diagnóstico no podía ser correcto.

Luego llegó la duda y empecé a pensar que podía ser posible. Sí que era cierto que no sentía dolor ni síntomas pero el bulto estaba ahí y con cada prueba médica empeoraba el pronóstico. 

La ansiedad no tardó en llegar y comencé a torturarme con preguntas del tipo ¿moriré? ¿no veré crecer a mis hijos? ¿qué va a pasar con mi familia? y un largo etcétera.
Recuerdo esa sensación de querer correr hasta no poder más y ese pañuelo en la mano que se hizo inseparable durante toda esa fase. Sinceramente pensé que la ansiedad acababa conmigo.

Afortunadamente, después de estas etapas, acepté que estaba enferma de cáncer y que no había más explicación. Cómo dice un refrán "a la orilla del río canta una loca y cada uno se jode cuando le toca". Ésta vez me había tocado a mí y no había vuelta de hoja.

Después de la aceptación vino la esperanza y pensé en lo que me podía servir de apoyo a la quimioterapia primero y a la radioterapia después. Empecé a creer que podía curarme y la ilusión volvió de nuevo a mi vida.

Comencé entonces a buscar toda la información que pude y a probar nuevas disciplinas como el tai-chi, yoga, baile, aquaterapia,... Practicaba cuando el cuerpo, claro está, me lo permitía. 
Encontré la serenidad dibujando, primero mandalas y luego rostros o paisajes. Poco a poco empecé a sentirme cada vez mejor.

Si digo que la enfermedad me trajo sólo cosas negativas estaría faltando a la verdad. También hizo que  avanzara. Fue algo así como un cursillo intensivo.
Gracias a ella conocí a personas maravillosas que espero que formen parte de mi vida para siempre. Fui consciente además del valor de la familia y de los verdaderos amigos, que permanecieron a mi lado sosteniéndome y haciéndome sentir querida en cada momento.
También me devolvió la espiritualidad y la intuición que habían sido negadas durante muchos años. Y noté la presencia de una voz interior que continuamente me hablaba sobre observar con detenimiento y de percibir lo que no se ve a primera vista. Aún a riesgo de parecer mística tuve experiencias que a día de hoy no puedo explicar.

Éste es a muy grandes rasgos el proceso por el que he pasado durante estos dos últimos años. Hay muchas anécdotas que espero no olvidar y circunstancias muy enriquecedoras pero me extendería demasiado si las contara y no es el propósito de este escrito. Pretendo mostrar que es normal que ante un diagnóstico de cáncer nos derrumbemos al principio pero que es crucial que pongamos de nuestra parte para acelerar el proceso de curación.

Si estás pasando por una experiencia similar mi humilde consejo es que busques dentro de ti. Sin duda necesitas ayuda exterior pero resuelve tus conflictos primero y encuentra la paz que te ayudará a salir adelante. Tómate tiempo para asimilarlo pero luego actúa.
Voy a utilizar una expresión de la Guerra de las Galaxias que me decía un familiar muy querido y que me hacía mucha gracia:  "que la fuerza te acompañe".

Si eres familiar o amigo de alguien que se encuentra en este proceso sé fuente de alegría y apoyo constante. ¿A quién no le gusta sentirse querido?

Nunca diré que he vencido al cáncer porque no sé si volverá o no y ahí están las famosas estadísticas. Lo que sí puedo decir es que ahora mi vida es diferente. Sorprendentemente no ha cambiado nada; mis niños siguen siendo pequeños, mi madre vive conmigo, mi marido continúa a mi lado y tengo el mismo trabajo. Me temo que lo que ha cambiado completamente mi mundo es el único hecho de que ahora yo lo miro con otros ojos.

Termino agradeciéndoles su visita y a modo de reflexión con una frase de Stephen Hawking
      
"Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle."