Es verdad que a veces hay sueños que parecen reales y que sin embargo otras, la realidad se nos asemeja a un sueño. Hay sueños de los que no quisiéramos despertar y momentos de la vida que desearíamos pasaran velozmente, como si de una pesadilla se tratase.
Sucede también que hay instantes tan intensos que no podemos distinguir qué es real y qué fantasía.
Al fin y al cabo quién sabe dónde se sitúa la línea entre ambos mundos.
Si bien es cierto que hay personas que viven ancladas en la realidad más absoluta y no pueden imaginar, fantasear o soñar, hay otras que por el contrario se mueven entre fantasías constantes sin atender siquiera a sus necesidades básicas como ser humano.
Pero, ¿qué sucedería si no perdiendo el tino nos permitiésemos de vez en cuando pasar de un lado al otro? Fantasear como niños porque sí. Es un recurso más que poseemos y está a nuestro alcance. ¿Por qué no usarlo en nuestro viaje más importante?
*Este dibujo lo realicé en el año 2.014 y no tenía muy claro si quería hacer el boceto de una mujer o el de una sirena saliendo del agua. En su día lo publiqué y luego lo retiré, pero la vi hace unos días y pensé que se merecía un lugar en este espacio de luz. Mujer, sirena, lo que su imaginación les susurre ;)
