"Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea"
Paulo Coelho
De mis hijos aprendí que hay que vivir más en el presente, con intensidad y concentrados en lo que nos ocupa en cada momento. A saborear los gratos instantes de la vida y a no dramatizar en los complicados.
Los pequeños se adaptan a los cambios sin los problemas que contemplamos los mayores. Recuerdo que cuando eran muy chicos iban pasando por las diferentes etapas y siempre me sorprendía la facilidad con la que las superaban. A veces los límites los ponemos nosotros.
Como anécdota, creo que tengo miles, pensando en no causarles un trauma me pasé casi toda la quimioterapia con un pañuelo en la cabeza en su presencia. Un día muy caluroso de verano los coloqué delante y les dije que íbamos a probar una cosa, que yo me quitaría el pañuelo y veríamos qué es lo que pensaban, y si no les gustaba pues me lo volvería a poner y no pasaría nada. En el momento en el que me desprendí de él, se agarraron de las manos, hubo unos segundos de silencio y comenzaron a reír sin parar. Terminamos a carcajadas los tres. Gran lección la de aquel día en el que aprendí que hay que normalizar las cosas y enfrentarlas como adultos pero jamás de los jamases perder la visión de un niño.
*Para realizar este dibujo tuve como guía una fotografía de mi sobrina y mi hijo mayor hace unos añitos. Dios los bendiga.
Buenas noches, Doña Candela.
ResponderEliminarMe alegro mucho de poder despedir el día con este fantástico retrato y a la vez erspontáneo de su hijo mayor con su sobrina, y con este texto tan agradeble y verdadero en sus palabras que no hace falta ni añadir ni matizar nada.
Alguien me dijo que la palabra "adulto" provenía del término "adulterado" y aunque no tengo idea en la ciencia de la epistemología (la ciencia que estidua el origen de las palabras), sí que la creo, porque según la persona que dijo que esa era la procedencia de la palabra "adulto", me explicó que los adultos eran personas adulteradas y atendiendo a mi experiencia en la vida y a su texto, queda confirmado.
Como Vd. siempre afirma, los niños son valientes, no teman a los cambuios y siempre dicen la verdad hasta que se les pervierte mentalmente con todas esas ideas falsas que causan tanto mal a la persona y an definitiva, a la humanidad. Que si miedos, que si competencia, que si ambición, que si aplastar a otros para tener más, que si mentir por quedar bien, que sí,...un monton más de cosas. Precisamente, esta tarde estaba revisando uno de mis textos en el que hablaba de no dramatizar las cosas en la vida y normalizarlas.
Yo me considero más bien un adolescente en un cuarpo de casi 49 años y estoy tratando de recuperar aquella pureza de corazón deseada, parte de la cual aprendí a guardar. Por eso siempre se ma ha considerado un ser aparte y no quiero cambiar ni ser un pervertido por todas esas tonterías que le he dicho.
¿Y qué tal si vamos a su espacio público?.
Muchas gracias por sus comentarios, don Pedro. Y bravo por usted que no ha perdido la visión de la que hablaba en el texto.
EliminarHay veces que ante un problema me ha sorprendido la respuesta sencilla, lógica y espontánea de alguno de mis hijos. Y ahora yo también me encuentro en el camino de regreso.
Le deseo un domingo muy feliz junto a sus seres queridos.
¡Buenos días, Doña Candela! ¡Qué grato leerla lleno de energía tras el descanso nocturno!.
EliminarContestando a su preguinta, simpre he sido un rebelda fiel a mi mismo y no han podido pervertirme. Eso sí, como un día contaré, hice ver que me cerçia las cosas que me decían para no llamar la atención de esos adultos pervertidores de niños que les quieren arrancar de la pureza para meterles esas ideas destructivas en la mente que afectan a milies y miles de personas. Y como piscólogo, aunque mi especialidad no sea la clínica, sino la industrial, llevo tiempo pensando en las típicas perversiones psicopatológicas que están de manifiesto en muchas personas de manera manifiesta y latente y todas parten de la principal perversión, la de arrancar a los niños de la pureza y meterles ideas enfermizas en la mollera.
Los niños por su pureza tienen más acceso a la Guía Divina y están abiertos a ella. Por su inocencia son muy buenos guías porque carecen de esos filtros mentales que bloquean toda intuición y de ahí su sorpresa. Doña Candela. Me alegro de que tenga tan buenso guías que son toda una prueba de cuánto Dios la ama.
Le deseo un feliz camino de veulta a su niñez y un precioso domingo junto a los suyos, de camino a su espacio público.