Aprendiendo
Un día, entre sesiones de quimioterapia, empecé a trazar rayas sin sentido y semanas más tarde me encontraba con la necesidad de dibujar.
Mi cuerpo estaba bajo mínimos pero mi mente no paraba de trabajar y era agotador. Sin embargo, cuando dibujaba o pintaba podía desconectar y entrar en un espacio de silencio y recogimiento. Algo así como un rincón de luz. Mi lugar de luz.
Siempre me consideré negada para temas artísticos. Quizás porque alguien me lo dijo de chica y yo seguí repitiéndomelo de mayor. A estas alturas de mi vida he dejado de ser tan crítica y he pasado a permitirme algunas licencias.
Y así surge este blog. Sin grandes pretensiones y con la idea de compartir dibujos, fotos, palabras, sueños.... Supongo que es como tirar una botella con mensaje al mar. No sabes si alguien lo recibirá, si le agradará o si será entendido. Si llegó hasta ti espero que te guste. ¡Bienvenido a mi lugar de luz!
¡Qué bonito dibujo!, ¡¿Y cómo es que no me he percatado de estas dos últimas entradas?!.
ResponderEliminarDesde luego que la llave de la felicidad es volver a ser un niño. Yo tras varios años en el mundo de los adultos, he decidido volver a la niñez, donde está la felicidad. Ya lo dijo Alguien, que había que tener el corazón de un niño para entrar en el Reino de los Cielos, es decir en el reino de la Felicidad. En este mundo está la magia y sólo la vuelta ala magia de la niñez,que no de la inmadurez, nos puede llevar a él.
Voy a leer su otra entrada y a actualizarme, Doña Candela.
Muchas gracias, Pedro. ¡Qué alegría tenerle por aquí!
ResponderEliminarEse Alguien nos dejó grandes frases o pistas como se les quiera llamar.
Un placer leer sus comentarios.
¡De nada Doña Candela!.
ResponderEliminarTambién es motivo de alegría poder leerla y compartir con un alma sensible como es la suya.
Ciertamente, ese alguien nos dejó un gran legado que conviene meditar para llegar al fondo de lo que quiso enseñarnos.
También es un placer para mí leer sus comentarios y respuestas.