Aprendiendo

Un día, entre sesiones de quimioterapia, empecé a trazar rayas sin sentido y semanas más tarde me encontraba con la necesidad de dibujar.

Mi cuerpo estaba bajo mínimos pero mi mente no paraba de trabajar y era agotador. Sin embargo, cuando dibujaba o pintaba podía desconectar y entrar en un espacio de silencio y recogimiento. Algo así como un rincón de luz. Mi lugar de luz.

Siempre me consideré negada para temas artísticos. Quizás porque alguien me lo dijo de chica y yo seguí repitiéndomelo de mayor. A estas alturas de mi vida he dejado de ser tan crítica y he pasado a permitirme algunas licencias.

Y así surge este blog. Sin grandes pretensiones y con la idea de compartir dibujos, fotos, palabras, sueños.... Supongo que es como tirar una botella con mensaje al mar. No sabes si alguien lo recibirá, si le agradará o si será entendido. Si llegó hasta ti espero que te guste. ¡Bienvenido a mi lugar de luz!

sábado, 25 de marzo de 2017

Naturaleza viva

-Dibujo lápices pastel-

Naturaleza viva


Jugando con lápices mientras espero que el sueño llegue, surge este dibujo que decido llamar naturaleza viva. Me parece adecuado al día ya que hoy se celebra la hora del planeta, que para los que no lo saben es un gesto simbólico a nivel mundial que consiste en apagar las luces durante una hora (entre las 20:30 y las 21:30), como protesta para que los gobiernos cambien las políticas medio ambientales. El propósito es detener el cambio climático.
Este año el lema es El planeta primero, que nadie te pare.
La conciencia hay que tenerla durante todo el año, claro está, pero todo suma.

Termino con una frase de Van Gogh que dice: 
 Mantén tu amor hacia la naturaleza, porque es la verdadera forma de entender el arte más y más.

viernes, 24 de marzo de 2017

Pinceladas de una vida

-Dibujo a lápiz-



  Comparto con ustedes un escrito de alguien que se define como un niño de 86 años. Una persona inquieta que a pesar de que ha visto mucho, sigue viviendo con ilusión y curiosidad en un presente que no es fácil. Alguien que transmite sentimiento puro. Su nombre: Elías Benigno Pérez Pérez. 

Dotado de una gran sensibilidad y corazón, ha dedicado gran parte de su tiempo a reunir a toda su familia y ha conseguido tener en su poder un registro meticuloso de 802 personas, clasificadas por familias y grados de parentesco con un antepasado común, doña Francisca Pérez, desde donde parte este gran árbol genealógico familiar. Una ardua tarea que ha dado sus frutos ya que en sus archivos no sólo aparecen los nombres de sus parientes, también se pueden encontrar fotografías, palabras y sentimientos de muchísimas personas que han querido corresponder a su dedicación y entrega. Un tesoro producto del entusiasmo y del trabajo bien hecho.

De ojos pícaros y llenos de vida, Elías habla con tanta fuerza y entusiasmo que contagia. Un ejemplo para todos.
“La familia es muy importante y hay que quererlos a todos”, me dice. “Hay ramitas que como en la naturaleza, salen torcidas, pero hay que amarlas por igual. Todas provienen del mismo tronco”.
En su cabeza miles de datos familiares y en su corazón mucho amor para todos, pero en especial para los que conforman este frondoso árbol.

Cabe destacar el gran mérito que supone entre otras cosas, recordar tantas y tantas referencias, el seguir viviendo con la ilusión de un niño a los ochenta y seis años, y el dedicarle tanto tiempo  y amor a esta noble labor.

Muy orgulloso de su humilde origen compartió unas pinceladas de su vida y yo les confieso que no he podido resistirme a publicarlo.   
Q.D.L.B.


LA FAMILIA ES DONDE COMIENZA LA VIDA Y EL AMOR NUNCA TERMINA
“Alberto Rubín Martín” 

Soy un niño de 86 años y quiero contarles soslayadamente algo de lo que la vida me ha deparado. Lo hago porque es muy importante por el interés del presente escrito al final.
Nací en una etapa donde Dios estaba por el mundo, de familia pobre y en tiempos en los que todos vivíamos de la agricultura. Fui a la escuela con 7 años y pronto descubrí que era aplicado. Tuve un poco de cultura con un maestro que tenía a su cargo a 83 alumnos de todos los cursos. Estuve en la escuela y era un niño prodigio pero la cultura fue cortada por la economía. A los 13 años sin tener grado escolar, mi maestro que tenía y hacía contabilidad, necesitó un ayudante. Pronto lo que sabía, sobre todo de números, hizo que un empresario de la agricultura se fijara en mí y empecé a trabajar con él. A los 15 años era el encargado de fincas y almacén de tomates donde había más de 50 empleados, entre ellos una chica llamada Anselma. Nos hicimos novios que en ese tiempo no era lo mismo que hoy.
A los 19 años me fui emigrado a Venezuela y el cariño siguió hasta la fecha. Recalco y aclaro que aunque con poca cultura la urbanidad era superior, todo lo contrario que hoy que la educación no existe. 

Me crie con uno de los protagonistas de esta linda historia, uno de los hijos de Francisca, mi abuelo, la familia de 9 hermanos era pura, con respeto y mucho cariño. La comparo con la ternura de las gallinas con sus pollitos, que parte de las personas que lean esto lo saben muy bien.
No sé cómo empezar esta etapa, pero es dura. Emigrante joven sin conocimiento, llegar a otra tierra extraña, no hay letras que puedan explicarlo. En el año 1.950 llegué a La Guaira ya de noche y con la protección de mi ángel de la guarda. En el puerto había un amigo, Ramón Tocino, que con gusto nos subió a Caracas de noche y serenando, en un camión que tenía para cargar arena. Nos llevó a una ranchería (El Mamón) donde vivía un chico de El Empalme, Romanito Mesa. Me quedé con él y repartía fruta en un carro con un caballo.
Más tarde conseguí trabajo con un señor haciendo arreglos de casas. Hice muchas cosas pequeñas hasta que empecé a trabajar en la frutería el Bombón. El horario era de las 2 de la mañana hasta las 10 de la noche. Ganaba 150 bolívares al mes con 2 días de descanso al año.
Resumo porque es largo de contar. Caracas tenía 550.000 habitantes en la época de Pérez Jiménez (8 años), que fue un milagro la dictadura, progreso, trabajo, respeto. Sólo había la pequeña avenida Nueva Granada. Se hicieron todas las avenidas de Caracas, La Guaira, Valencia, Guarenas, parques deportivos, hospitales, la ciudad universitaria, eso se llama democracia, orden.
Trabajé empleado y por mi cuenta en 17 distintos sitios. Viví en 16 lugares diferentes y me casé en el año 1.954. Mis hijos, 4, y mis nietos 2, son venezolanos. Comprenderán que 32 años en Venezuela con tanto movimiento (17 actividades y 16 viviendas), por suerte siempre viví en sitios criollos, conociendo la familia pura venezolana (tengo en Venezuela hoy en día 141 Pérez), de la que aprendí junto a la negra; cariño, respeto, que tiene que ver mucho con el trabajo y reseña de mi historia siguiente. 

Viajé a muchas veces a Tenerife y ayudé muy bien a mis padres y suegros. Después de estas aventuras en 1.982 de nuevo en mi tierra, al trabajar mucho tiempo de taxista y tratar con tanta gente, aprendí mucho lo que es la familia. Los usuarios me bautizaron como “el hombre bueno de la parada”. Mis compañeros taxistas me premiaron como el presidente más democrático de la historia en la parada.
Agradecer mucho a las personas que me ayudaron, sin ellas sería imposible contar esto.
Cuando llegué de Venezuela con charlas con mi padre en especial, en el año 1.982, me contó cosas de la familia, que muchos de ustedes saben, pero falta mucho por contar.
Nuestra bisabuela Francisca hizo sus hijos de risa y detrás de la iglesia. Tuvo 3 hijos, 2 eran mis abuelos Hilario que murió en Cuba, Jesús Mª y Leonardo tuvieron 19 hijos y todos se casaron y me regalaron 36 tíos. Faltan 2 que son mis padres. A día de hoy 18 de Marzo 2.017, laten en el mundo 733 corazoncitos vivos y desde 1.834 que nació Francisca, han muerto 74. No lo creerán pero los conocí a todos, vivos y muertos. De 807 vidas, sólo 3 no conocí: a Francisca, Hilario y mi abuela María que murió de parto.
Comprenderán, que llevan mi sangre vivos hay 506 personas, pero clase aparte tengo 281 lacitos blancos que me hacen la persona más feliz del mundo. Son tantos los que me adoran pero es óbice, que no los nombro por no herir corazones. Les diré que aunque muchos están lejos: Canadá, Estados Unidos, Colombia, Cuba, Venezuela(141), el Salvador, Marruecos, Italia, Gran Bretaña, Madrid, La Coruña, en todas las Canarias y en Tenerife en casi todos los pueblos, como decirles en mi pueblo, Icod de los Vinos, todo esto tiene un regocijo. Al no ser de los pequeños, sé dónde viven, qué hacen, profesiones muchas, las parejas separadas y aunque no se lo crean sé dónde hay paz y quién de verdad conoce la palabra Familia, amor, tener corazón, amar la vida y portarse como la gallina de mis pollitos.
Los tengo numerados desde mi bisabuela nº1 hasta Daniel y Emma, mis bisnietos el nº 801 y nº 802 

Contarles que después de la última reunión tengo fotos anteriores a la misma y además las que sacamos ese día. También tengo familiares y amigos en internet y trato de conseguir las fotos de todos ustedes. Pronto sabrán las que me faltan porque tengo más de 500.
Y finalizo mi historia y la de ustedes con el grato recuerdo de mi primo Juancho que muchos conocieron y que hace meses murió. Tengo de él muchas fotos, escritos, poesías, cartas y un trabajo muy lindo donde se unen dos corazones Pérez de Francisca.
Desde mi rinconcito pedirle que desde el cielo y junto a su virgencita de Santa Bárbara haga posible que nuestra historia siga, contándose lo lindo que es nacer de risa
E.P.P.