Aprendiendo

Un día, entre sesiones de quimioterapia, empecé a trazar rayas sin sentido y semanas más tarde me encontraba con la necesidad de dibujar.

Mi cuerpo estaba bajo mínimos pero mi mente no paraba de trabajar y era agotador. Sin embargo, cuando dibujaba o pintaba podía desconectar y entrar en un espacio de silencio y recogimiento. Algo así como un rincón de luz. Mi lugar de luz.

Siempre me consideré negada para temas artísticos. Quizás porque alguien me lo dijo de chica y yo seguí repitiéndomelo de mayor. A estas alturas de mi vida he dejado de ser tan crítica y he pasado a permitirme algunas licencias.

Y así surge este blog. Sin grandes pretensiones y con la idea de compartir dibujos, fotos, palabras, sueños.... Supongo que es como tirar una botella con mensaje al mar. No sabes si alguien lo recibirá, si le agradará o si será entendido. Si llegó hasta ti espero que te guste. ¡Bienvenido a mi lugar de luz!

lunes, 17 de agosto de 2020

Esto no es un adiós, es un hasta luego







Palabras a Elías B. Pérez Pérez

Por tu amor a la naturaleza y porque solías usar metáforas relacionadas con ella, elegí esta fotografía de un árbol frondoso para acompañar estas sentidas palabras. 

Muchas veces hablaste de la importancia de la familia y que había que quererlos a todos. Hay ramitas que como en la naturaleza salen torcidas, pero hay que amarlas por igual. Todas provienen del mismo tronco, decías. 

Cómo no hablar de tu tesoro. Muchas horas dedicadas a la elaboración de un árbol genealógico de más de ochocientos miembros repartidos por todos los continentes. No sólo los nombres, también fotografías, palabras y anécdotas de todos los que conforman tu gran familia. Una joya fruto del entusiasmo y de tu gran corazón. Con tesón y perseverancia lograste reconciliar a miembros que no se hablaban y conseguiste que tu origen humilde fuera motivo de orgullo para todos. 

Te definías como un niño de casi noventa años, y eso delataban tus chispeantes ojos, la ilusión propia de quien no ha perdido el alma de la infancia. Con qué pasión hablabas y contabas las anécdotas de una vida que no fue fácil. Adoraba sentarme a tu lado y oír tantas y tantas historias que con todo lujo de detalles guardabas en tu memoria. Cuando estaba contigo me llenaba de energía y salía de tu casa dispuesta a comerme el mundo. Eras un ser de luz y lo transmitías.

Un alma sensible capaz de admirar el canto de un pájaro, el andar de una hormiga o la hermosura de una flor. Disfrutabas de cada momento de la vida, de cada pequeño detalle porque captabas los pequeños tesoros a tu alrededor. Así te recordaré yo.

Los últimos tiempos fueron muy difíciles y vi como te aferrabas a la vida a pesar de todo. Arropado por tu familia que no te dejó solo ni un instante llegó el momento de que partieras y de que obtuvieras por fin tu merecido descanso.

Varias veces apareciste en este blog porque siempre te consideré alguien muy especial y tu presencia fue para mí muy significativa. Agradezco haberte conocido y haber formado parte de tu familia. Permanecerás siempre en mi corazón y estarás presente en los pequeños detalles de mi vida, que tú y yo sabemos que son los más importantes.

Cuando mire al cielo sabré que tú estarás en alguna estrella hermosa y brillante. Allí nos esperarás a todos, porque esto no es un adiós, es un hasta luego ♥️

D.E.P.