Todos compartimos una responsabilidad hacia el bienestar presente y
futuro de la familia humana y del mundo viviente en su amplitud. El
espíritu de solidaridad humana y de afinidad con toda la vida se
fortalece cuando vivimos con reverencia ante el misterio del ser, con
gratitud por el regalo de la vida y con humildad con respecto al lugar
que ocupa el ser humano en la naturaleza.
Extracto del preámbulo de la Carta a la Tierra