Hace unos días estuvimos de visita en la isla de La Palma, que hay que decir que es preciosa. Tiene merecido el nombre de la isla bonita por sus hermosos paisajes.
Allí, además de tomar fotografías de los lugares más populares, aproveché que el tiempo se detuvo un poco para tomar estas fotografías de los animalitos que iba encontrando por el camino y se paraban a posar ante mi cámara ¡Cómo negarme a publicarlos!
Comentarles como curiosidad que tuve mi primera experiencia con cuervos, que no sabía que eran tan sociables. Nunca había estado tan cerca de ellos pero en esta ocasión nos acompañaron durante un buen rato y hasta uno posó con mi peque.
Entre las fotografías también se encuentra un pillín que jugaba a molestar a los pobres patos, que estoicamente soportaban sus embates. Su pose lo delata; es el protagonista de la tercera foto;)
Presencié el picotazo de una mamá pata a una niña que confiada al ver lo tiernos que lucían los patitos no pudo resistirse a tocarlos. La pobre niña se llevó un buen susto, pero aprendió una lección; que los seres humanos y los animales no somos tan diferentes. Cualquier madre siente el instinto maternal y actúa si siente que sus crías están en peligro.
Descubrí en este viaje a los zifios de Blainville, que son las criaturas que aparecen al final y que según me comentó el guía pasan sumergidos la mayor parte del tiempo, saliendo a la superficie sólo unos minutos. Todo un honor el haberlos podido contemplar.
¿No es maravilloso todo lo que se puede observar cuando se detiene un poco el tiempo? ;)